sábado, 15 de octubre de 2011

Infancia, un recuerdo inalcanzable.



Puede que este tema no os interese tanto como el otro, pero sé que mucha gente, muchas personas desean volver a su infancia, a revivir estos momentos tan especiales, así que... Esta entrada va por ellos.
¿Quién no ha vuelto a pasar por su guardería y al pasar por la puerta ha dicho: "Aquí venía yo"? Mucha gente lo hace. En mi opinión, la mayoría de las personas buscan un cachito de esa inmadurez que les hacía sentirse felices. algo que les recuerde que en su interior, aun siguen siendo como niños, que al estar en el jardín o en el patio de recreo, podían hacer amigos con solo robarle un poco de terreno.
Creo que todos estamos de acuerdo en que esos momentos son los mejores de nuestra vida, y que aún habiendo crecido, y aun habiendo pasado miles de momentos geniales, nunca seremos tan felices como cuando la profesora decía que era la hora del recreo, o que tocaba comerse el bocadillo. Esos momentos ya se han pasado, ya no queda nada de ellos, nada absolutamente que nos recuerde cuáles son nuestras raíces, cuáles son nuestras inquietudes, no nos queda nada.
Porque nuestra infancia es como un primer beso, demasiado corta, demasiado intensa, demasiado bonita como para que se repita dos veces.
A mí la única cuestión que me queda es por qué en este mundo supuestamente tan perfecto como asegura mucha gente, no podemos quedarnos con lo que realmente nos hace felices. Porque se dice que la verdadera felicidad se encuentra en las cosas pequeñas, y ahora, una cosa pequeña para mí es un beso, un abrazo o una caricia, que sí que me llenan, pero no hay nada como aquellos años en los que ni siquiera tenía uso de razón, y en los que no valía la pena cuidar cada detalle, en los cuales no tenía preocupación alguna, inquietudes... nada, no tenía apenas nada. Un cubo y una pala, con los que yo era la persona más feliz del mundo.
Dicen que cuando estás a punto de morir, cuando tienes la muerte frente a ti, frente a tus ojos, pasa toda tu vida por delante de ti. Todos tus momentos felices, todas las personas especiales que han habido en tu vida, todas las peleas, riñas, abrazos, besos, caricias, señas, y muchas cosas más, aparecen delante de ti para recordarte que no van a volver. Y ahí, queridos amigos, ahí es donde realmente te das cuenta de la poca importancia que tienen los problemas, de lo poco que importa todo.
Yo con esto no quiero deciros ninguna otra cosa salvo que infancia solo hay una, y que ya que yo he desaprovechado la mía, no hagáis lo mismo con la vuestra, porque os vais a arrepentir. Y para concluir, solo quiero deciros que no dejéis pasar ninguna oportunidad de vuestra vida, porque al igual que la infancia, las oportunidades solo se te presentan una vez.

1 comentario:

  1. Voy directo a lo que me concierne...
    Inocencia, esa es la palabra clave, Inocencia. Todo lo que has dicho se podría englobar en esta palabra, hemos perdido la inocencia, hemos aprendido a pensar pero hemos dejado de sentir, nos movemos por incentivos en vez de movernos por instinto, y no digo que esto sea malo, digo solo que la gente necesita llevar el niño que es dentro de si, y oye, se que tú llevas a un Almarchito en tu interior, y lo sacas miles miles de veces, eso es fantástico.
    La infancia no volverá, solo nos queda el recuerdo, sumiéndonos en una depresión...
    Papanatas, en mi opinión, eso de ``Infancia´´ es muy general, pero, uno puede tener ciertos momentos ``infantiloides´´ con la edad que sea, en cualquier momento, claro que al crecer, crecen nuestras responsabilidades, pero siempre, siempre habrá tiempo para ser un niño...
    Un Saludo!
    Niño, no niñato...

    ResponderEliminar