domingo, 16 de octubre de 2011

Recatada, pero no

Estar loc@ o no estarlo. Esa es la cuestión.
Muchas veces la vergüenza vence nuestro impulso de parecer unos completos dementes, o por lo menos ese es mi caso. Porque yo estoy loquísima, y aunque my friends ya lo sepan, no se imaginan hasta qué punto puedo llegar a estarlo. Me doy miedo a mí misma, a veces.
Tengo casi 17 años. Quiero soltarme la melena, quizá demasiado. Pero tengo "miedo".
¿Qué pensarán los demás de mí? ¿Qué tengo que hacer?
Bueno, esta reflexión un tanto estúpida me viene de ayer, mientras esperaba en la fila para ver a Laura Gallego, en FNAC. La cosa es que vi a una pareja, cogidos de la mano,muy monos los dos. Todo normal, hasta que me empecé a fijar mejor: tenían una pinta exagerada de paletos. Y todo se confirmó cuando vi sus anillos de pureza y una gran cruz colgada del cuello de ella. He de decir que no tengo nada en contra de la religión, ni mucho menos. Pero es que me hicieron mucha gracia. Os juro que parecían sacados de una película americana, esas en las que salen los hijos de los sacerdotes protestantes.
Fue ese el momento en el que pensé: "Dios, -¿casualidad?- no quiero ser como ellos" Sinceramente, admiro su fuerza de voluntad y su fe, pero ya. Al lado de ellos, me sentía impura. Y no me sentí para nada mal. ¿Soy mala persona? No lo creo, simplemente quiero...experimentar, la única pega es que ando un poco cohibida.
Y es que quiero volverme completamente loca. Por ahora, tendré que dejar mi fiera encerrada en la jaula. Bien dormidita en la esquina de su 'prisión'.
Pero ya saldrá...Ya saldrá, y con fuerza. Que no os pille cerca.

PD: Resulta un tanto paradójico que escriba esto después de la declaración de "inocencia" de Santos.

1 comentario:

  1. Recuerdo la tarde, el momento exacto de esa escena. Fue muy graciosa también para mi. He de decir que yo tampoco tengo ningun problema contra la religión. Es más, yo mismo estuve dando clases de religión hasta el año pasado, pero no quiero llegar a ese nivel. Todo fue en vano, total, no creo en Dios...
    En resumen, estoy de acuerdo con Paula, yo tampoco quiero ser así. Voy a vivir la vida al límite.

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